Al momento
de nacer, no llegamos al mundo con un manual de cómo vivirlo, ni con un guía
turístico o de safari que te va haciendo trechos en los caminos que decidas
tomar; tampoco tenemos hadas madrinas ni ángeles que nos hablen y expliquen con
claridad qué camino tomar, que decisión es la correcta y cuando debemos
tomarla. De igual forma, a nuestros
padres tampoco les ensenan que hacer con nosotros, como tratar las
peculiaridades de cada hijo o hija, por eso en una familia de tres hijos,
criados todos “de igual forma”, salen los tres con personalidades sumamente
distintas.
Sabemos que
cada ser humano es distinto y que cada quien tiene un camino que recorrer para
alcanzar lo que busca en la vida, para hacer su historia, para dejar su huella…
y aquí salta la pregunta, Que buscamos
en la vida?, me atrevería a decir que todo ser humano quiere ser feliz,
todos quisiéramos vivir en una alegría plena, una vida llena de sonrisas, pero
al mismo tiempo todos sabemos que eso es imposible. El sufrimiento siempre estará a la vuelta de
la esquina, las circunstancias de la vida te pueden poner en momentos que te
quiten esa sonrisa de la jeta. Por tanto
en la vida siempre te ocurrirán situaciones ajenas, externas, que trataran
incansablemente de alejarte de la felicidad.
Eso, sin contar con las luchas internas, las confusiones, las
decepciones, desilusiones, etc…
Entonces,
yo pregunto, Que se puede hacer para evitar vivir en un mar de infelicidad, sin
ver ninguna isla de alegría, ni siquiera un ave para tener alguna esperanza? O dicho
menos drásticamente, Que se puede hacer para reducir los factores que te resten
alegrías en tu vida?
Todo
empieza por uno mismo, nuestro
interior, el templo de nuestra alma, pasiones, deseos, anhelos,
alegrías y tristezas. Luego se suma los
pilares que te completan como ser humano:
1.
Espíritu
-> Moral
2.
Profesión
-> Vocación
3.
Cuerpo
-> Salud
Si
descuidamos uno de estos pilares, se deteriorará nuestro interior y por la ley
del domino, en cadena se irán malogrando tus estados anímicos; tu forma de vivir
y disfrutar la vida. Y no es solo
cuestión de tenerlos desarrollados los tres, es también tener la conciencia de
en qué estado se encuentra cada uno de estos pilares, para de esta forma saber
qué áreas debemos abordar para completar nuestro ser. En muchos casos, por no estar consciente, a
pesar de tener todas las áreas desarrolladas o encauzadas, no podemos degustar
un sendero de felicidad.