Siempre me han
dicho, “nunca digas nunca”, y realmente la frase en si es ya contradictoria en
su naturaleza. Pero yo difiero, entiendo podemos contar con la esperanza de decir “Nunca”…
Nunca dejes de ser quien
eres,
Porque no importa con quien estés,
siempre estarás tú.
Porque nadie más que tú, sabe lo que tienes en tu corazón.
Porque es tu vida, son tus sueños.
Porque nadie más que tú, sabe lo que tienes en tu corazón.
Porque es tu vida, son tus sueños.
Porque cuando guardas quien
eres por ser otra persona, terminas sufriendo tú y quienes te aman.
Esta sensación
de que los demás quieren que no seas tú, la has sentido? Te comento, que tienes toda la razón, y cómo
no? Si desde que naces te dicen como ser, te dicen que color te debe gustar,
que religión, que comida, que amigos, que música, etc. Prácticamente te quieren “moldear”
completamente, por qué? Por qué no ser tú? La respuesta es simple, si todos somos lo que
queremos ser, se hace extremadamente difícil controlar los sueños, deseos y
objetivos de las masas.
Nunca dejes de vivir,
Porque se te manchan los sueños.
Porque otros te dirán como
vivir.
Porque tu corazón se sentirá
solo y perdido.
Para dejar de
vivir no hace falta dejar de respirar, solo tienes que dejar de soñar y hacer únicamente
lo que tienes que hacer. Lamentable el
caso per, no siempre se verán de manera positiva tus decisiones de lo que es
correcto y en el momento en el que los demás decidan emprender sus sueños por
su lado, te quedaras mirando al techo.
Nunca te rindas,
Aunque nadie te crea.
Aunque estés cansado.
Aunque parezca que no tiene
mucho sentido.
Si te rindes, estarías
aceptando ser un títere de los demás. No
te rindas, que el mundo necesita personas, independientes, libres de espíritu e
ideales.
No dejes de
ser quien eres, nunca dejes de vivir y nunca te rindas!!!
1 comentario:
La pregunta básica es si realmente sabemos quiénes somos? Desde pequeños se nos va mutilando la originalidad, pues debemos encajar en un sistema con ciertas reglas.
Es así como vamos enmascarando nuestra naturaleza a tal punto que, de adultos, no somos capaces de reconocernos y nos perdemos en búsqueda de aquello que haría feliz a quien se supone que somos.
El precio de liberarnos de este asunto es el de ser tachados de rebeldes, locos, ovejas negras; de aceptar la partida de aquellos con quienes ya no encaja nuestra ruta; y, la pérdida de la aceptación
del entorno.
Ciertamente, ser uno mismo es un proyecto maravilloso y gratificante; sin embargo, tiene un costo alto, muy alto y no todos estamos dispuestos a pagarlo.
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